lunes, 30 de diciembre de 2019

La profecía y Girolamo


Hay que dejar claro que Savonarola no fue el único profeta de la época, sino que convivió con otros como Jean Michel y Guilloche de Bordeaux, pero él fue el que más reconocimiento, fama y poder llegó a alcanzar, pues como ya he comentado en algunas entradas del blog, fue el que logró convencer al rey de Francia de no atacar la ciudad de Florencia (evitó la guerra),  hizo que la casa Medici se debilitara hasta el punto de dejar el trono y también se enfrentó sin pensarlo a la poderosa Iglesia, de alguna manera, fue el responsable de que Florencia gozase de algo de paz espiritual. Personajes intelectuales de la época reconocen esto que vengo comentando, exponían que sus obras fueron admirables, que, nunca antes hubo en Florencia tanta bondad y religiosidad, y que el sólo fue capaz de detener los vicios y desfachateces no correspondidas con la verdad de Dios y con la paz espiritual.

Savonarola predicando [Fotografía de Alarmy, 2019]

De esta manera, se fue convirtiendo en uno de los monjes más apoyados y con mayor reconocimiento del país, fue la profecía el instrumento vital para que el plan y el discurso de Savonarola se pudiera ir desarrollando a la vez que iba tomando mayores dimensiones. Sus profecías rebosaban ideas apocalípticas y escatológicas, y estaban basadas en dos pilares, uno en el que exponía que el mundo de paz y alegría solo llegaría mediante el castigo y flagelación por parte de Dios, y, el otro, algo más oscuro y con claros tintes sectarios, en el que anunciaba que debía producirse una penitencia de manera colectiva, en la que todos debían ser castigados. Se puede apreciar que estas ideas tenían claras raíces en las tradiciones propias del Antiguo Testamento, donde se reitera en la decadencia del hombre y donde se solía recurrir al castigo del hombre por sus malas acciones, sin olvidar nunca los dos mundos, el terrenal y el celestial.  En mi opinión esto es de tremenda importancia pues aquí esta la base de todo el pensamiento de Savonarola con tanta tendencia a la perdida de la fe en la humanidad, de hecho, fue de Ezequiel y de Amós (el profeta de la justicia social) de donde más influencias recibió el padre Girolamo.

Ezequiel [Fografía de Wikipedia, 2019]

Amós, el profeta [Fotografía de EcuRed, 2019]

Muchos de sus discursos transmitían terror, dejaban ver las ideas que tenía de la política y de la sociedad, junto con la urgente necesidad de renovarlas por medio de esa fuerza interna e ímpetu que poseía al querer llevarlas al extremo, el punto álgido de sus sermones estaba, sin duda, cuando hablaba del bien y el mal. Era increíble la manera en que Savonarola era capaz de tratar la profecía y el inmenso poder que ésta alcanzaba, el mismo decía: “lo vi diro el vero, che il predicare Sara mia utilita perché quando non predico non posso vivere” [te diré la verdad, que la predicación será mi utilidad porque cuando no predico no puedo vivir] (Savonarola, Prediche sopra Ruth y Michea, p. 100). Debemos tener en cuenta que la profecía forma parte de una manifestación concreta del imaginario colectivo y de una tradición cultural de la sociedad florentina, pero se combinaron varios elementos como el esplendor de la profecía y la personalidad del padre, elementos coincidieron de la mejor manera y que permitieron que se convirtiera en prácticamente el único que transmitía la verdad absoluta y en la autoridad celestial.

Antiguo Testamento [Fotografía de Wikipedia, 2019]

Pero todo esto no sería posible, si Girolamo no hubiera tenido esa facilidad de narrar los detalles, de persuadir, y por no hablar ya de la personalidad carismática que poseía, se convirtió en una especie de guía moral para las personas más “ingenuas” y perdidas en la vida. En definitiva, la profecía ha sido un hecho histórico que a través de contenido simbólico ilustra la realidad de un momento concreto de la historia, de la sociedad y la cultura de un lugar, siendo al mismo tiempo, también una revelación perfecta de Dios que quiere transmitir un mensaje a la humanidad (la salvación).


Bibliografía.

Mendoza, Figueras, G. (2002): "El paraíso celestial y terrenal de Savonarola", Girolamo Savonarola y el Renacimiento Italiano, Universidad Autónoma Metropolitana, México, pp. 59-69.


1 comentario:

Destinado a quién le suscite interés y epílogo

Os dejaré por aquí un enlace que os redirige hacia la última página estática de este propio blog que he decidido crear, llamada "Conclu...