Todos
conocemos ya el contexto del Renacimiento italiano, lo que pretendo con
esta página es dejar constancia de lo que a Savonarola le inquietaba, le
parecía mal y criticaba de éste, pues se le ha llegado a considerar como la
contraparte de la corriente humanista. Pues a pesar de que era una época en la
que se podía respirar por las calles arte y cultura, simultáneamente era también
el momento idóneo para que los mandamases de la Iglesia alcanzasen fácilmente plenos
poderes en diversos campos, como fue el caso de Alejandro VI, y para que los
gobernadores de la ciudad de Florencia se preocupasen más por asuntos
irrelevantes que por un buen gobierno, como fue Lorenzo de Medici.
Cuerpos, belleza, y verdad renacentista [Fotografía de Encuentra.com, 2019]
Sin
duda alguna, el Renacimiento fue un momento histórico paradójico, pues, por un
lado, se podía apreciar una atmósfera exuberante en cuanto a belleza, obsesión
por los detalles, alegría, gusto por el cuerpo, mientras, que, por otro lado, todo
esto desembocaba en desenfreno, lujuria, vicios, pasiones extremas que
transformaban al hombre en un ser corruptible y alejado de la verdad, de ahí la
incesante preocupación que surgió en algunas mentes de la época, como en la de
nuestro personaje. Savonarola solía llamar a esta corrupción y disentimiento de
la bondad “humanismo vulgar”, que definía como la búsqueda de esa idea de
frenesí y placer absoluto, la cual solían reflejar los artistas en sus obras,
denunciaba a su vez, que al realizar esto estaban asumiendo el papel de Dios,
por eso se veían con buenos ojos las acumulaciones de riquezas y la avaricia, estaban
equivocados pensando que esto sería lo que les proporcionaría virtud, bienestar
y prestigio.
El mundo se estaba cada vez impregnando más de estas ideas y
valores, erróneos a los ojos de Savonarola, que, a su vez, estaban
contribuyendo a perder la fe en la sociedad, todo se reducía a un alejamiento
del hombre de lo que debería ser su verdadero camino, y, por supuesto, de Dios,
de la fe y de la Iglesia, siendo esta última la que cada vez se estaba
corrompiendo más por ese impulso de conseguir cada vez más riquezas y poder. Mejor
lo veremos con palabras del propio Savonarola: ¡Oh sacerdotes!, oíd mis palabras; oh presbíteros, oh prelados del a Iglesia de Cristo!, dejad los beneficios,
que no podéis tenerlos con justicia; dejad vuestras pompas y vuestros convites
y vuestros banquetes, los cuales hacéis demasiado esplendor; dejad, digo,
vuestras concubinas y vuestras danzas, pues es
tiempo, digo, de hacer penitencia, pues se acercan grandes tribulaciones
por medio de las cuales Dios quiere reconciliarse con su Iglesia. Decid vuestras misas con devoción, pues de
otro modo, si no queréis entender lo que quiere Dios, acabaréis perdiendo
vuestros beneficios y vuestra vida. (Savonarola, Sopra Ageo, p. 206).
Reflejo pictórico de crisis desde la visión escatoógica [Fotografía de InfoCatólica, 2019]
Denunciaba
con desesperación la urgencia inmediata de llevar a cabo una purificación, un
grito que era respaldado por otros pensadores como Alberti, Laurentius Valla,
Sannazaro o Ponfifex, todos ellos criticaban el abuso y los excesivos poderes
que reclamaba la Iglesia, utilizando como arma una amarga hipocresía con la que
pretendía mantener a sus fieles, Savonarola llegó a pensar que el verdadero
creyente había muerto. Esto se ha de tener muy en cuanta, pues es una de las
principales, sino la principal razón que impulsó a nuestro dominico a acometer
la reforma moral de la Iglesia.
De
menor a mayor, esta crisis de espiritualidad y de moral fue creciendo, muy potenciada
además por la situación religiosa de la época y por la ruptura cristiana, que
desembocaría en algunos pensamientos apocalípticos y conspiranoicos, el mundo
se iba a acabar creían algunos, momento en el que iban cobrando más fuerza aún
los pensamientos escatológicos, la fortuna, la fe y la suerte. Savonarola fue
el más activo de estos pensamientos, adoptada formas visionarias de las nuevas
realidades con claros tintes de raíces antiguas medievales, que le permitían
desarrollar una crítica y una reconstrucción de la ya en crisis corriente humanista.
Savonarola predicando [Fotografía de renovatiomedievalium.wordpress.com, 2019]
Fue
de esta manera, como la figura del profeta, sobre todo, encabezada por Girolamo,
recobró importancia (al tener que adaptarse a las nuevas realidades) en la
sociedad renacentista italiana, cuya supuesta función era difundir las auténticas
verdades e Dios, mediante visiones fantasiosas y enigmas. Muchos veían estas
predicaciones como el resultado extremo de una mente un tanto posesa. Lo que no
podemos obviar es que este pasaje fue muy trascendental para el desarrollo de
la filosofía y del pensamiento, y, que, en gran parte, contribuyó Savonarola al
dar a luz muchos de sus escritos que tocaban cuestiones tan delicadas (Dios, el
hombre, la tierra…) y por la forma en la que lo expresaba, realmente dio paso, con
sus ideas renovadas, a la modernidad en el campo del pensamiento teológico y
social.
Bibliografía.
Mendoza, Figueras, G. (2002): "El Renacimiento a los ojos de Savonarola", Girolamo Savonarola y el Renacimiento Italiano, Universidad Autónoma Metropolitana, México, pp. 30-50
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