Savonarola
se hizo famoso por su pensamiento y predicaciones que solía hacer en la
catedral de Santa María del Fiore, junto con toda la influencia que ejerció en
los habitantes de la ciudad renacentista. Adquirió la fama a partir de su
carácter duro y de la defensa absoluta de sus ideas religiosas, lo cual sabemos
que no terminó muy bien, ya que le llevaría a una muerte calcinada en la plaza
de la Signoria. No obstante, su pensamiento transformó los ideales de la época,
fue de tremenda importancia para la Edad Moderna, y para otras figuras como
Maquiavelo (de hecho, en su libro el Príncipe cuando se habla del profeta
desarmado se refiere a Savonarola). Este fraile dominico fue uno de los que
expuso, de manera más relevante, la situación de la Florencia de finales del
siglo XV, aunque a pesar de toda la influencia que ejerció en la época, pocas
son las publicaciones que indagan en su pensamiento y más abundantes son las
reseñas biográficas acerca de éste.
La
tendencia de Savonarola era pacifista, el fraile desde la palabra motivaba y
buscaba un cambio para la situación de Florencia, mientras que la mayoría
optaban por las guerras y la violencia él rechazó las armas para conseguir la
libertad de la ciudad. Se le encasilló como un visionario para su tiempo y, al
mismo tiempo, como el culpable de la inestable situación del país, siendo
admirado por unos y rechazado por otros de forma paradójica. Es evidente, que
el fraile estaba dotado de buenos conocimientos y capacidades políticas, sus
ideas, sus palabras, sus profecías y sus discursos, embaucaban a los habitantes
de la ciudad e iban conformando una filosofía política con claras raíces
bíblico-cristianas, a la que algunos autores han denominado savonaroliana, de
vital importancia para los acontecimientos que configuraron la modernidad. Con
él los conceptos de unidad, de paz y de concordia adquieren una nueva dimensión
y sentido, y a partir de ellos buscan un nuevo orden social. Pretendía desde
algunos ideales humanistas y cívicos, un estado libre de corrupción
eclesiástica y bien organizado, aspectos que chocarían con los grandes pesos de
la Iglesia. Sus ideales se construyeron seguramente por todo el arte e imágenes
astrológicas que contempló en el palacio de su ciudad.
Asimismo,
el dominico también aportó grandes cosas para la propia corriente humanista,
desde sus profecías religiosas buscaba lograr una verdadera república popular y
pacífica, se apoyaba en el concepto de libertad por encima de cualquier otro,
pues esta sería la única forma de alcanzar la estabilidad, la armonía social y
alejarse de las políticas bélicas, de ahí que se le conozca en la
historiografía como “el profeta desarmado”. Como estamos diciendo, todas sus
fuerzas se centraban en buscar esta serenidad, continuamente buscaba nuevos
modelos políticos y éticos para reconducir a la sociedad florentina. Pretendía
construir un hombre nuevo que tuviera en cuenta el pasado para así buscar
soluciones.
Florencia
era conocida como la Nueva Jerusalén, por ser el centro donde el ser humano era
capaz de desplegar todas sus capacidades, la razón y la fantasía. Las ciudades
son de notable importancia en esta época, eran los centros culturales y los
espacios donde se llegaba a la reconciliación de los conflictos. Savonarola
pretendía hacer de Florencia el centro del mundo, el espejo donde debía mirarse
el resto de Europa y del mundo, cuna de la libertad, pero Roma era el que
poseía el verdadero poder religioso. Él estaba muy preocupado por la corrupción
tanto política como religiosa de la ciudad en la que residía (Florencia), de
hecho, esto fue lo que le impulsó a buscar esa libertad y esa reforma moral que
tanto pretendía. Decía el propio Girolamo: “La Cruz Negra que pesa sobre
Florencia la ha convertido en la Nueva Babilonia. De ahí que no pueda seguir
siendo considerada como ciudad mística «una vez que la ambición la ha
convertido en cortesana […] La reforma moral que impulsa para los cristianos en
general y para los florentinos en particular, es, por lo que se entiende, de
proporciones mayúsculas. En esencia lo que quería era la reforma integral del
ser humano. Su redención definitiva”.
De
esta manera, el paganismo fue impregnando a la sociedad e incluso a la religión,
su lucha se centraba como ya hemos dicho, en erradicar las inmoralidades que se
relacionaban con el paganismo, y proponía el ejercicio de la austeridad como el
camino para salvar al hombre de la perdición. Estas ideas fueron las que
alimentaron a personajes como Lutero, Calvino e incluso Oliver Cromwell a
combatir contra el mal y el pecado aplicando los criterios del puritanismo como
fuente principal de la moral. Concebían el humanismo como el responsable del
mal y buscan combatirlo, aunque para Savonarola lo más importante era liberar a
Florencia de los excesos y conducirla a la salvación. A menudo se suele
relacionar a Savonarola con Pico de la Mirandola, pero lo único que mantuvieron
el profeta y el filósofo fue una amistad profunda, pues sus personalidades eran
totalmente opuestas, aunque lo que no podemos obviar es que, sin duda, fueron
dos de las grandes personalidades del Renacimiento italiano, en concreto de la
segunda mitad del siglo XV, ellos pertenecían a la generación llamada il frate.
Girolamo Savonarola nace en 1452 y muere en 1498, ambos nacen (Ferrara) y
mueren en el mismo lugar, pero en el aspecto social poco es lo que comparten,
Savonarola es descendiente de familia noble. Marcel Brion dice: “Era feo, con
fealdad agresiva y dolorosa por aquella enorme nariz, prominente y corva,
aquella boca violenta con el labio inferior colgante; en todos sus retratos nos
revela la tristeza por una imperfección física que lo ha apartado de todos
(1942, p. 174).
El
paganismo, principal objeto de las críticas del dominico, conllevaba a la
perdición, pero había esperanzas porque esto mismo permitía la posibilidad de
salvarse y recuperar la fe religiosa. La lucha contra el paganismo se debía a
que estaba mostrando el mundo al revés, Savonarola comprendió que para
conseguir la verdadera salvación era necesario construir una nueva realidad
donde los valores cívicos formaran parte de la nueva moral y ciudadanía, se le
consideró que fue el precursor de la tiranía moderna y del terror popular. El
religioso se percató del verdadero problema social de la era moderna, el
conflicto entre la fé y la razón, siendo la paz la principal normal para la
armonía y la serenidad de la vida. Una de sus luchas se centraba en oponerse a
la idolatría, pues se oponía a la corriente humanista ya que no respondía ni a
la fe ni a la razón.
Savonarola
llegó a mantener un enfrentamiento con Lorenzo de Médici, el dominico advirtió
de los malos que se vivían en la ciudad y proponía medios para solucionarlos
desde una perspectiva pacífica y no violenta, considerando la libertad como el
principal camino para llegar al poder popular.
La
crítica que hace Savonarola a la religión, es una crítica con peso, ya que él
se formó dentro de los círculos eclesiásticos y dentro de la misma Iglesia
católica, de ahí que sus profecías se centren en la corrupción de estos
espacios clericales, y que eran totalmente rechazadas a ojos del Papa. Girolamo
fue, por tanto, acusado de herejía (la herejía era un auténtico movimiento de
protesta social cuya lucha y erradicación se convirtió en obligación moral por
las clases afectadas), que se solía castigar con la excomunión, el exilio y la
hoguera. Aunque realmente no fue un hereje, esto se convirtió en una muestra
más de los abusos perpetrados por la Iglesia.
En
definitiva, la existencia de Savonarola en la Italia renacentista del siglo XV
fue de tremenda trascendencia, con él podemos comprender mejor la trayectoria
del pensamiento político de aquel momento, la personalidad y la visión, muy rica,
de los personajes que habitaron en la Italia de la época, sin olvidar la gran
influencia que ejerció tanto en aquel momento como en épocas posteriores.
Retrato de Girolamo [Fotografía de Britannica, 2019] Predicación de Savonarola Fotografía de Alamy, 2019]
Bibliografía.
Velázquez
Delgado, J. (2013): “Girolamo Savonarola: Ensayos sobre profecía y filosofía en
el Renacimiento Italiano”, Azafea, Volumen
15, pp. 257-263.
Velázquez
Delgado, J. (2010): “Pico della Mirandola y Savonarola”, Prometeica, Volumen 2, pp. 30-45.
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